El estudio es mi salvación

Las millas de hoy en la mañana están dedicadas a los estudiantes que se gradúan durante este mes y a sus orgullosos padres. Mientras corría pensaba en lo importante que era para mis padres el asistir , tanto a mis graduaciones como a las de mi hermano. Mi mamá viajó dos veces fuera de Puerto Rico en toda su vida y ambas fueran para estar conmigo en mi graduación, la primera en Detroit y después en Boston. Tuvo que enfrentar su miedo a viajar pero más que todo tuvo que dejar a mi Papá por unos días sin su cuidado. Era la primera vez que se separaba de su amado. De ellos aprendí que no hay amor sin sacrificio. El amor que se tenían y el amor que nos tenían, me ha salvado tantas veces y siempre me llena de esperanza.

Y a pesar de que tal vez las graduaciones no se han podido celebrar de la manera ideal, he visto que la creatividad de los boricuas no tiene límites y se han creado rituales únicos para celebrar este cierre de ciclo y comienzo de una nueva etapa. De formas diferentes les expresamos que valoramos su esfuerzo y los amamos con toda nuestra alma. Y eso les servirá de apoyo para enfrentarse a los nuevos retos con la fortaleza que ya han desarrollado.

Para todos los estudiantes que se gradúan deseo que hayan comprendido, como decía Hostos, que el estudio es nuestra salvación:

¡El estudio, el estudio! Esa es mi salvación, porque es el enfrenamiento de la fantasía; la perseverancia de la voluntad en un propósito; la tranquila lucidez del entendimiento. ¡Ah! ¡si yo logro aprender a estudiar! Cuando dirigida por la experiencia rehace mi memoria lo pasado ¡qué claramente descubro el origen de mis males! ¿No es posible, conociéndolos, curarlos? ¡Ah! voluntad, ¡dame tu impulso!

!Felicidades!