En el artículo titulado «El ciberdiván» se discuten las ventajas y desventajas de las terapias que se ofrecen por correo, chat o mediante otra modalidad a distancia. Lo que resulta bien interesante es que los argumentos a favor o en contra de la ciberterapia son muy parecidos a los argumentos que se utilizan para apoyar o atacar la educación a distancia. Por ejemplo, entre las llamadas ventajas de la ciberterapia se encuentran:
1. permite tratar a quienes están lejos
2. ciertas personas se atreven a escribir lo que les llevaría mucho más tiempo decir cara a cara
3. el registro que queda de las sesiones es impecable
Entre las desventjas que se mencionan en el artículo están:
1. «Lo que a veces sucede es que desaparecen» (los clientes)
2. “La máquina en principio comunica, pero también separa. Es difícil pensar una terapia sólo online: es creer que únicamente leyendo o escuchando uno puede abarcar lo mismo que con un contacto presencial»
Hay quienes piensan que la ciberterapia más efectiva es la de modalidad híbrida en donde la terapia es algunas veces presencialmente y otras veces es en línea. De manera interesante se argumenta que no todos los pacientes están preparados para la ciberterapia (un argumento muy parecido al de no todos los estudiante pueden tomar cursos en línea).
Pienso que el factor más importante , tanto para la ciberterapia como la cibereducación, es el binomio terapista-profesor. Los buenos terapistas y profesores serán efectivos sea en la modalidad presencial como en línea.
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