Cuando nuestros estudiantes se duermen

Una de las evidencias más contundentes de que estamos siendo efectivos en una clase es ver a todos nuestros estudiantes atentos y despiertos. Cuando comienzan a cerrar sus ojos y a cabecear es necesario evaluar lo que estamos haciendo e intervenir para sacarlos del poder de Morfeo. Lo interesante del asunto es que para lograr la atención de nuestros estudiantes no es suficiente conocer el material, lo esencial es saberlo comunicar de forma efectiva. Nuestro lenguaje corporal y la entonación de nuestro voz son elementos que determinarán si somos exitosos comunicando nuestras ideas.

En el blog de Cool Cat Teacher se discute la importancia de utilizar de forma efectiva nuestra voz para mantener la atención de nuestros estudiantes basado en el libro How to Say it With Your Voice :

1. Decir las cosas con pasión es siempre una manera de llamar la atención de nuestros. Si te aburre el material de la clase , no puedes esperar que los estudiantes te presten atención. 🙂

2. Si hablas siempre con el mismo tono de voz vas a dormir hasta a aquellos que sufran de insomnio. Cambia de entonación cuantas veces lo creas necesario.

3. Cuando veas que la energía está disminuyendo, haz algo que llame la atención. En una ocasión, me subí al escritorio y di la clase desde allí. Los estudiantes nunca olvidaron esa experiencia y recordaron cada palabra de esa clase.

4. Mantente haciendo preguntas a la clase. No hables por más de cinco minutos sin hacer una pregunta.

5. Utiliza las pausas como una forma de enfatizar sobre unos tópicos en particular.

6. Evalúa constantemente el lenguaje corporal de la clase. Mantente preguntando si están en el aquí y el ahora, o si se encuentran en el mundo de la fantasía.

7. Utiliza el humor como una manera de capturar la atención de los estudiantes y despertarlos.

Recuerda que si nuestros estudiantes están dormidos, no podrás comunicar de forma efectiva. Así que la primera tarea monumental del proceso de enseñanza-aprendizaje es lograr que no se duerman. 🙂

6 comentarios

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    • Averia el domingo 12 de febrero de 2006 a las 2:42 pm

    Jajaja, los alumnos de esa foto deben de estar en una clase muy aburrida… XD
    Yo no enseño, pero sí he sido estudiante y estoy de acuerdo sobre todo en el punto de dar la clase con entusiasmo y diferentes entonaciones y en hacer algo fuera de lo común para captar la atención.

  1. Mario:

    Me pasó algo interesantísimo la semana pasada. Doy clases en un salón que está separado de otro por un fino panel. Hago lo que mencionas y mis estudiantes me consideran un buen profesor (sí, me han evaluado). El asunto es que el profesor vecino, que da cálculo, yo biología, le hizo una pregunta a su grupo. Ante el silencio resultante mi voz se oyó clara en el otro salón. Discutía con mis estudiantes el asunto de las intoxicaciones con alimentos y sus causas. Entonces el profesor colega tocó a mi puerta, interrumpió mi clase y me dijo frente a mi grupo que SUS estudiantes estaban tomando MI clase. Que bajara la voz. Yo no grito pero modulo mi voz, subo y bajo. Enfatizo puntos, muevo las manos, etc. Le expliqué que no podía dar mi clase de otra forma y le pedí que escuchara al profesor del otro lado, que sí estaba gritando. Claro, nunca se me ocurriría ir a interrumpirlo. Le dije que era un asunto de infraestructura (paneles finos) y que lo siento pero uno de los dos se tendría que mudar. Él ya lo hizo.

    Días después me explicó uno de sus estudiantes, que estuvo en la otra clase, que lo que sucedió fue que cuando él hizo su pregunta y ellos se callaron, escucharon mi clase y se quedaron fascinados con el asunto de las intoxicaciones. Que cuando el profesor les preguntó que cuál era su respuesta nadie lo escuchó, no le hicieron caso y siguieron escuchando mi clase. Por eso salió a interrumpirme.

    De cualquier forma, leí que pronto vienes a UPR-Cayey. Espero saludarte allí.

  2. Edwin;

    Gracias por compartir la historia. Por acá, suceden cosas muy similares. Espero verte pronto en Cayey.

    • Eugenio el lunes 13 de febrero de 2006 a las 4:09 am

    Este artículo está como para sacarle copias y pegarlo en algunos tabloncillos de expresión de la UPR.

    He tenido algunas clases así son una verdadera tortura:cry:. Pero el semestre pasado, tuve una experiencia insólita: la clase era tan y tan aburrida que el profesor era el que abostesaba y se dormía. ¡Ni él soportaba su clase!

    Tal vez se debería enfatizar más en enseñar a enseñar. Creo que muchas veces se parte de la premisa de que si alguien sabe mucho sobre un tema, puede enseñar sobre ese tema, cuando no siempre es así.

  3. Cuando estudiaba en la UPR me daba cuenta que mis profesores en Ciencias Naturales eran eso mismo, expertos en su área, pero no necesariamente sabían enseñar. No sé por qué no preparan a estos profesores con cursos de Educación. Debería ser un requisito. No tienen que ser 21 créditos, ni nada por el estilo, ni certificarse por el Departamento de Educación (total, ¿para qué? :roll:) Que vayan al grano: un curso de metodología de la enseñanza y una práctica docente. O no, no, ni siquiera eso, retiro lo dicho. Con la práctica basta, que ahí es donde de verdad se aprende a enseñar, a cantazo limpio. Y además de eso, otro requisito: leer este blog. 😉

  4. Estoy muy de acuerdo que los cursos en pedagogía deben ser requisitos para personas que quieren enseñar en la Universidad. La práctica también es importante y debe ser supervisada adecuadamente. Mi blog tal vez no lo pondría como requisito pero como parte de las lecturas recomendadas.:grin:

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