Hacerse amigo del dragón

Un hombre acudió a un psiquiatra y le dijo que todas las noches se le aparecía un dragón con doce patas y tres cabezas, que vivía en una tremenda tensión nerviosa, que no podía conciliar el sueño y que se encontraba al borde del colapso. Que incluso había pensado en suicidarse.
«Creo que puedo ayudarle» le dijo el psiquiatra, «pero debo advertirle que nos va a llevar un año o dos y que le va a costar a usted tres mil dólares».
«¿Tres mil dólares?», exclamó el otro. «¡Olvídelo! Me iré a mi casa y me haré amigo del dragón». (El croar de la rana, De Mello)




TwitThis