Si lo envuelven con el empaque de McDonald sabe mejor

Este estudio que se describe en CNN no debe sorprender a nadie. Es muy sencillo: nuestros niños han sido condicionados mediante la propaganda a preferir lo que sea de  McDonald sin importar las cualidades y los sabores de otros alimentos.  En otras palabras, se les ha lavado el cerebro con propagandas como el «happy meal» con su sorpresita,  con las celebraciones de cumpleaños en estos negocios y con anuncios en la TV que  los ponen a salivar como los perros de Pavlov.

¿Y cuál es la solución?  En esto estoy de acuerdo con el psicólogo conductista B.F. Skinner que proponía  una sociedad utópica en donde no existieran los negocios de comida rápida y en donde el menú del día fuese preparado por nutricionistas expertos.

Es esa «libertad» de ir a comer a un «fast food» la  que nos está matando poco a poco.

Vía Stephen Downes

5 comentarios

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  1. Sin duda Skinner debe tener buenas razones para limitar sus objeciones hacia las «fast foods», pero lo que no debería existir en una sociedad moderna es la publicidad (propaganda?) y mucho menos la dirigida directa o indirectamente a los menores, que debería tener categoría de delito.
    ¿Por qué limitar el delito (de forma partidista-personalista-religiosa, por cierto) a cierto tipo de publicidad relacionada con organizaciones «radicales» (siempre desde nuestro punto de vista, por supuesto)
    Dejemos de ser hipócritas de una vez y construyamos de abajo a arriba. Dejemos de ver el mundo con las gafas del $ y pensemos que en nuestra vida hay otros costes además de los económicos, entre los que el de nuestras libertades individuales no es precisamente el que sale mejor parado.
    Saludos

    • Víctor el jueves 9 de agosto de 2007 a las 11:22 am

    Afortunadamente en Madrid, donde vivo, y en mi entorno personal no frecuentamos estos lugares, no porque mis hijas no quieran (que lo desearían) sino porque realizamos una labor a favor de nuestra dieta mediterránea, así que preferimos la cocina tradicional y dejamos esos locales para otros.
    El estudio no menciona las consecuencias ambientales de la comida basura y las consecuencias sociales: destrucción de selvas tropicales, explotación de trabajadores…
    Un saludo.

    • Alaingonza el domingo 12 de agosto de 2007 a las 11:38 am

    jajajaja comemos más con los ojos…ha quedado claro. :mrgreen:

    • Fer el domingo 12 de agosto de 2007 a las 2:04 pm

    Muy interesante para practicar con uno de mis hijos, que no come vegetales. Voy a ponerselos en celofan de Macdonald’s, a ver que tal. Saludos.

  2. Skinner tiene razón (hay que fortalecer el movimiento «slow food», slowfood.com!!!!!!!), pero no pensaba que la comida rápida no es solamente la norteamericana. Cada pueblo tiene su versión de comida rápida… la pizza por ejemplo, o el kebab que son atemperadas a la cultura y necesidades locales. Por qué a veces dejamos que les ganen las franquicias (norteamericanas)?

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