Las verdades antinómicas de Internet

No existe consenso en relación al impacto del Internet en el bienestar de la sociedad, las comunidades y la vida individual.  Los tecno-optimistas  encuentran que la Internet es una tecnología útil y beneficiosa para la sociedad y los tecno-pesimistas  concluyen que la Internet es una tecnología peligrosa y negativa para el desarrollo de los grupos y la comunidad en general (Szoka & Marcus 2011; Thierer, 2011).  Los TP (tecno-pesimistas)  señalan que la Internet tiene un efecto pernicioso  ya que promueve el desarrollo de pseudo-comunidades en vez de comunidades reales, facilita el individualismo , replica las elites tradicionales y la hegemonía cultural americana , facilita la violación de la privacidad  y está relacionado a sentimientos de soledad y depresión. Esta posición pesimista  la resume Slouka (1996)  de la siguiente manera : "Where does the need come from to inhabit these alternate spaces? And the answer I keep coming back to is: to escape the problems and issues of the real world".

Por otra parte, los tecno-optimistas (TO) sostienen  que las herramientas de Internet son beneficiosas para la sociedad.  Argumentan que Internet puede ayudar a eliminar los sistemas jerárquicos, diluyendo el poder de los grupos que controlan la información. Además, consideran que Internet facilita el desarrollo de nuevos tipos de comunidades, fomenta el activismo social  y estimula la auto-reflexión.

Tecno-pesimistas como Lee Siegel (2008)  (Against the Machine) y Andrew Keen (2008) (The Cult of the Amateur) han alertado sobre el “peligro” de que al darle voz a todo el mundo estemos  impidiendo que se puedan escuchar las voces creativas, inteligentes y originales. Además los pesimistas argumentan que la Internet ha tenido el efecto de idiotizar a las personas afectando su capacidad para concentrarse, leer profundamente y escribir correctamente. (Carr (2010)The Shallows; Mark Bauerlein (2008) The Dumbest Generation: How the Digital Age Stupefies Young Americans and Jeopardizes Our Future.

Recientemente la profesora de MIT, Sherry Turkle,  considerada por muchos como una tecno-optimista, se unió al grupo de los tecno-pesimistas al publicar su libro Alone Together (2011). En el mismo hace  una crítica fuerte  a las tecnologías de internet y describe su impacto negativo en las relaciones interpersonales y el desarrollo emocional. Nos dice en su libro: “We seem determined to give human qualities to objects and content to treat each other as things. Because we grew up with the Net we assume that the Net is grown-up.”

Por otro lado, Negroponte desde una posición tecno-optimista  ha  argumentado lo siguiente: “Like a force of nature, the digital age cannot be denied or stopped,”   y  “digital technology can be a natural force drawing people into greater world harmony.” Una posición muy similar es expresada por Kelly en su libro “What Technology Wants”. En el mismo expresa su amor por la Internet:

I am no longer embarrassed to admit that I love the internet. Or maybe it’s the web. Whatever you want to call the place we go to while we are online, I think it is beautiful. If you can honestly love a cat, which can’t give you directions to a stranger’s house, why can’t you love the web?

Los tecno-optimistas nos hablan de que la internet facilita la inteligencia colectiva y la sabiduría de la masas. Nos  describen  una sociedad fortalecida por la participación, la colaboración y la generosidad de las personas. Clay Shirky en su más reciente libro, Cognitive Surplus, es un claro ejemplo de esta posición.  Los TO  creen en una economía basada en la producción por pares y en el consumo colaborativo ( What’s mine is Yours, Botsman and Rogers, 2010)

En un excelente ensayo sobre el tema del pesimismo tecnológico la amiga Dolors Rieg se pregunta si esta actitud negativa hacia Internet y todo lo que representa  está esencialmente relacionada al desconocimiento de su utilización. Me parece que en algunas casos es así pero en otros me parece que responden a una preocupación genuina (Alone Together de Turkle es un buen ejemplo de ello) y de estar solo observando lo que podemos llamar la sombra de Internet. Sin embargo, utilizar la tecnología como chivo expiatorio para explicar nuestros males no es aceptable. No es posible regresar a un mundo sin Internet y tampoco sería lo más conveniente. Lo que corresponde es aprender a vivir con la tecnología de tal manera que se convierta en un recurso para el desarrollo óptimo de nuestra sociedad.

¿Qué nos dice la investigación en torno a este debate?

Examinemos brevemente parte de la literatura:

Una investigación inicial (Kraut et al., 1998) demostró que mayor uso de Internet estaba asociado con disminución en la comunicación con familiares, disminución del tamaño del círculo social y aumento en la depresión y la soledad. La investigación de dos años encontró que las personas que pasaron aunque fuera sólo unas pocas horas en Internet cada semana padecieron de niveles más altos de depresión y soledad de los que tendrían si utilizarán el internet menos frecuentemente. Sin embargo el estudió adoleció de varios problemas metodológicos: no se utilizó una muestra representativa, no había un grupo control y las medidas que emplearon para medir depresión y soledad no poseían los mejores niveles de confiabilidad. A pesar de todas estas limitaciones, este estudio fue reseñado en su tiempo como el que ofrecía la mejor evidencia para hablar de los efectos anti-terapéuticos de Internet. Sin embargo, un estudio de seguimiento de estos participantes encontró que esos efectos negativos se habían disipado. (Kraut et al., 2002) En otro estudio Kraut también encontró que  los usuarios de computadora, después de un año, experimentaron efectos positivos: aumentos en el tamaño de sus círculos sociales, en la comunicación presencial, confianza en las personas y participación en la comunidad.

Otra investigación realizada por  Nie y Erbring (2000)  para evaluar el impacto de Internet se basó en una encuesta nacional en los EU a 4113 personas. De dicho grupo, un 13 por ciento dijo que pasaba menos tiempo con la familia por estar ocupado en Internet; un 25 por ciento dijo que trabajaba más en casa, sin ninguna disminución de trabajo en la oficina. Los investigadores concluyen lo siguiente: “The Internet could be the ultimate isolating technology that further reduces our participation in communities even more than television did before it”.

"The more time people spend using the Internet, the more they lose contact with their social environment . . .As Internet use grows, Americans report they spend less time with family and friends, shopping in stores or watching television, and more time working for their employers at home – without cutting back their hours in the office. A key find of the study is that the more hours people use the Internet, the less time they spend with real human beings." –Norma n H. Nie and Lutz Erbring, Internet and Society: A Preliminary Report, IT & Society I (2002), 275-83.

Los estudios del Pew Research Center nos brindan un cuadro mucho más optimista de los efectos de la Internet. Por ejemplo en el estudio llamado de “The Strength of Internet Ties” (2006) concluyen lo siguiente:

"Rather than conflicting with people’s community ties, we find that the Internet fits seamlessly with in-person and phone encounters. With the help of the Internet, people are able to maintain active contact with sizable social networks, even though many of the people in those networks do not live nearby. More, there is media multiplexity: The more that people see each other in person and talk on the phone, the more they use the internet."

En otro estudio más reciente también tienden a encontrar que Internet facilita la conexión y las relaciones interpersonales en vez de la soledad y el distanciamiento:  Social Isolation and New Technology | Pew Research Center’s Internet & American Life Project:

This Pew Internet Personal Networks and Community survey finds that Americans are not as isolated as has been previously reported. People’s use of the mobile phone and the internet is associated with larger and more diverse discussion networks. And, when we examine people’s full personal network – their strong and weak ties – internet use in general and use of social networking services such as Facebook in particular are associated with more diverse social networks.

Amichai-Hamburger, & Hayat  (2011) utilizaron datos del World Internet Project con una muestra de más de 22,000 de unos 13 países y concluyeron que el uso de Internet no tiene un impacto negativo en la vida social de las personas y que en algunos aspectos su efecto es positivo. Sin embargo,  hay que tener en consideración que basaron su conclusión en lo que los participantes reportaron en una encuesta.

Recientemente la atención sobre el impacto de las tecnologías en los usuarios se ha centrado en las redes sociales. Por ejemplo se ha encontrado  que los estudiantes  que utilizan mucho Facebook tienden a tener notas más deficientes que aquellos que no usan Facebook (1, 2 ).  Pero también se ha dicho que  el usar Facebook no está relacionado a la ejecución académica del estudiante y que no hay diferencias entre en notas entre los que usan Facebook y los que no usan  Facebook. De Facebook también se ha dicho que aumenta la auto-estima de sus usuarios pero por otra parte se ha encontrado que puede deprimirlos. En resumen, nos falta mucho por aprender en relación al impacto de Facebook en los estudiantes.

Las investigaciones sobre Twitter y su impacto en la conducta tienden a reflejar también resultados contradictorios. Desde que supuestamente Twitter arruina la memoria (un titular basado en unas declaraciones de una psicóloga irresponsable) hasta trabajos más serios y empíricos que revelan que Twitter estimula la participación en las clases y ayuda a obtener mejores notas.

Al revisar todos estos trabajos sobre el impacto de Internet y las redes sociales no tengo más remedio que acudir a la sabiduría de Carl Jung cuando  declaró siguiente:  “Nearly every psychological principle, every truth relating to the psyche, must, if it is to be made absolutely true, immediately be reversed .” (CW12, par 11 n6). Aplicado esto al impacto de la Internet en  nuestra sociedad significa, por ejemplo,  que si encontramos que la Internet fomenta la  libertad  también debe ser correcto que Internet facilita la opresión del individuo. Por eso es que es muy probable que tanto Clay  Shirky como  Eugene Morazov  tengan razón en relación a las implicaciones de la Internet para la libertad y el apoderamiento a pesar de que sus afirmaciones sean antinómicas. 

En resumen, es posible que el mejor acercamiento para entender los efectos de Internet en nuestras vidas sea uno que  considere principios basados en la paradojas y la antinomia. Las verdades sobre Internet parecen ser múltiples, plurales, complejas, heterogéneas y contradictorias. Y así es como deber ser, de lo contrario no sería Internet.

Amichai-Hamburger, Y., & Hayat, Z. (2011). The impact of the Internet on the social lives of users: A representative sample from 13 countries. Computers in Human Behavior, 27(1), 585-589.

Bauerlein, M. (2008). The Dumbest Generation: How the Digital Age Stupefies Young Americans and Jeopardizes Our Future (1st ed.). Tarcher

Botsman, R., & Rogers, R. (2010). What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption. HarperBusiness.

Carr, N. (2010). The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. W. W. Norton & Company.

Erbring L., Nie, N. (2000) Internet and Society: A Preliminary Report SIQSS Stanford, MA. (pdf)

Kollock, P. & Smith, M. (Eds)(2002). Communities in cyberspace. New York: Routledge.

Kraut, R., Kiesler, S., Boneva, B., Cummings, J. N., Helgeson, V., & Crawford, A. M.(2002). Internet paradox revisited. Journal of Social Issues, 58(1), 49-74. (pdf)

Kraut, R., Patterson, M., Lundmark, V., Kiesler, S., Mukhopadhyay, T., & Scherlis, W. (1998). Internet paradox: A social technology that reduces social involvement and psychological well-being? American Psychologist, 53(9), 1017-1031. (pdf)

Morozov, E. (2010). The Net Delusion. PublicAffairs.

Nie, N & Erbring, L  (2002) Internet and Society: A Preliminary Report." IT & Society 1(1): 275-283. (Pdf)

Pasekeian, J. & Hargittai, E. (2009)  Facebook and academic performance: Reconciling a media sensation with data First Monday, Volume 14.

Siegel, L. (2009). Against the Machine: How the Web Is Reshaping Culture and Commerce — and Why It Matters (Reprint.). Spiegel & Grau.

Slouka, M. (1996). War Of The Worlds: Cyberspace And The High-tech Assault On Reality. Basic Books.

Thierer, A. D. (n.d.). The Case for Internet Optimism, Part 1 – Saving the Net from Its Detractors. SSRN eLibrary. Retrieved from http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1751044

Thierer, A. D. (n.d.). The Case for Internet Optimism, Part 2 – Saving the Net from Its Supporters. SSRN eLibrary. Retrieved from http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1751026&rec=1&srcabs=1751044

Wellman , B. & Gullia, M. (1999). Virtual communities as communities. En P. Kollock & M. Smith (Eds), Communities in cyberspace (pp 167-194). New York: Routledge.